No seas malvado

Este es el lema de una de las mayores empresas que existe en el mundo, Google. El buscador (y todo lo demás) más conocido del planeta, tiene como principio de su actividad empresarial “Don't be evil” (no seas malvado).

Escuchar esto mientras veía un documental sobre la actividad de la empresa y su funcionamiento interno, me sorprendió y me hizo reflexionar, ¿hasta que punto se es malvado? Me refiero a nuestra vida cotidiana, a las personas que nos rodean o nos dirigen, y que en algunas, o en muchas ocasiones, hacen o dicen cosas que nos perjudican y que podrían considerarse maldades.

La política suele ser un foco de maldad, son muchas las decisiones que los políticos toman, y muchas de ellas, sobre todo últimamente, nos afectan negativamente. Por eso normalmente tendemos a señalar a los políticos (a muchos) como personas malvadas. Bien es cierto que la política y todo su entorno, nos ha dado algunos de los más ilustres malvados de la historia. Personas manipuladores, egoístas, capaces de emprender horribles guerras para saciar sus delirios de grandeza... Pero esto, que es totalmente cierto, no creo que se pueda extrapolar a toda la clase política de nuestro país, y menos a la que nos gobierna actualidad.

De acuerdo que nos están machacando, es cierto que nos han arruinado, también lo es que nos han engañado, robado y manipulado durante décadas; que maquillan los datos para quedar bien; que no cumplen con sus promesas y menos con sus programas electorales; que son capaces de decir en una frase una cosa y en la siguiente la contraria; es verdad que las decisiones que están tomando no resuelven el problema, sino que más bien lo está agravando.... todo eso, y mucho más es cierto, pero ¿es esto fruto de la maldad...?

Yo tengo mi opinión al respecto y para explicarla voy a hacer uso de la Navaja de Hanlon:

“nunca atribuya a la maldad lo que puede ser explicado por la estupidez”

y cada cual que lo pille por donde quiera.