A tortas con el ICD


Tengo la sensación muchas veces de que la gente en general y los políticos en particular, ya sean de la Oposición o del Gobierno, no se enteran de las diferencias que existen entre un Organismo Autónomo y una Empresa Municipal. No, no me voy a meter de lleno en la argumentación legal de la existencia de esas diferencias (que aburrimiento), pero valga de aquí en adelante que un Organismo Autónomo, como el ICD, el OAST o la GIUCE, es una administración pública y se acoge al derecho administrativo, y una Empresa Municipal para según que cosas pues no.

Dicho esto, y sabiendo que el ICD es un Organismo Autónomo, ahora salta a los medios de comunicación y a los plenos de la ciudad, la posibilidad de disolver este organismo e integrar a sus trabajadores en la propia estructura de la asamblea. Esto, que en principio parece lógico, al fin y al cabo para qué queremos una administración dentro de otra, no es tan sencillo, al menos desde el punto de vista de las condiciones laborales de los trabajadores.

Ya tenemos experiencia en este tipo de cosas, hace bien poco nos vimos obligados a integrar a los trabajadores de la Residencia de la Juventud, por no se sabe muy bien que razones de índole organizativas o económicas, pero la cuestión es que dicha integración no fue del agrado de todos. En aquella ocasión los trabajadores pasaron a la Ciudad Autónoma como Personal Laboral, percibiendo menos retribuciones que en el extinto Organismo en la mayoría de los casos, con el consiguiente cabreo de este colectivo.

Es cierto que en el ICD se han vivido situaciones muy complejas y comprometidas, desde la salida de gerentes con el rabo entre las piernas, hasta conflictos laborales con los trabajadores. Aún recuerdo cuando el actual Jefe de Gabinete de la presidencia era Gerente del Organismo, y decidió echarle cojones al delegado de CSI.F, menuda pelotera montó el tío, y como premio, la jefatura del gabinete... Pero claro, como diría Don Vito Corleone, “la familia es lo primero”.

La cuestión es que el ICD ha sido desde hace mucho tiempo uno de los agujeros negros de nuestra ciudad, un Organismo que maneja subvenciones millonarias provenientes del Estado, que otorga a muchas de las entidades deportivas y algunas no deportivas de nuestra ciudad, que tiene a su cargo todas instalaciones deportivas ceutíes y que queramos o no, ha sido muy mal gestionada por el Gobierno, pero que muy mal gestionada. Me pregunto cuantas auditorías se han hecho en el ICD...

Pero bueno, lo que más importa es qué sucederá con los trabajadores. Empleados cuya relación contractual con la Administración es la de Personal Laboral, en la mayoría de los casos Fijo, es decir, son empleados públicos tal cual, pero tienen un Convenio Colectivo diferente, unas retribuciones diferentes, unas ayudas Sociales diferentes... en fin, muchas cosas distintas, no sé muy bien como pretenden adaptar sus condiciones laborales para que puedan migrar a la Asamblea sin que haya conflico, pero lo que es seguro es que el espectáculo está garantizado, desde los políticos hasta los sindicalistas tendremos mucho que decir al respecto del “cómo” y sobre todo del “cuánto” costará o se ahorrará con esta integración, prueba de ello es lo vivido en la sesión del Pleno de ayer.

Para empezar me asalta una duda, desde hace unos años la Consejería de Hacienda y Recursos Humanos utiliza una excusa de manera recurrente cuando los sindicatos le pedimos que amplíe la Oferta de Empleo, las Contrataciones o se apruebe la RPT, esta excusa consiste en argumentar que la Ley de Presupuestos Generales del Estado impide que se aumente la Masa Salarial de los empleados de la Ciudad, que viene a ser en suma las retribuciones de los trabajadores... que interesante, y ahora yo me pregunto, si se incorpora a una treintena de trabajadores a la Asamblea, no se aumenta la Masa Salarial. Bueno, ya veremos, al menos nos ahorraremos algún que otro carguillo.

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